Historia
Debido a su situación estratégica, desde la antigüedad se han asentado en nuestras tierras pobladores provenientes de diversas culturas. Por estas tierras han pasado desde los Íberos hasta los ejércitos de Napoleón. Así, los restos con más antigüedad encontrados en la zona, como lascas, raspadores, hachas de piedra, restos de cerámica e, incluso, tumbas excavadas en la roca, pertenecen a los Íberos.
De época romana apenas se han encontrado restos, aunque sí tenemos muestras de su presencia en algunas lápidas con inscripciones y algunos elementos arquitectónicos del Castillo de Castielfabib.
Los musulmanes conquistaron estas tierras hacia los años 714-716 para fijar una de sus poblaciones. Permaneciendo bajo su dominio casi cinco siglos, estuvieron bajo la influencia de la taífa de Alpuente, más tarde dependieron de Albarracín, cuyo señor Ben Racín repartió las tierras de la comarca entre sus dos hijos, a uno le dio la fortaleza de Castielfabib y al otro la de Ademuz. Finalmente, pasó a manos de los almohades de Valencia. En esta época se mejoraron los sistemas de riego y los abancalamientos en la zona, hasta nuestros días han llegado topónimos como los «Algezares» y nombres como la «Hoya del Moro» o la «Cueva de los Moros».
Según algunos historiadores, en el Rincón comenzó la Reconquista del Reino de Valencia cuando Pedro II de Aragón, padre de Jaime I, en 1210 se apoderó de las plazas fuertes de Castielfabib y Ademuz que, posteriormente, fueron arrebatadas por los musulmanes hasta que, Jaime I el Conquistador, las reconquistó. Entre 1.259 y 1.261 nace, pues, el enclave del Rincón de Ademuz.
Cuando los ejércitos de Napoleón entran en España a principios del siglo XIX, y José I Bonaparte es convertido en Rey (1.808 – 1.813), el Rincón pasa a formar parte de la Prefectura del Alto Guadalaviar, cosa que ocurrió solo sobre papel. Con la aprobación de la Constitución de 1.812 y la vuelta de los Borbones, la comarca pasó a formar parte de la moderna provincia de Teruel (de 1.822 a 1.823). Definitivamente en 1.823 pasa a pertenecer a Valencia, adquiriendo la categoría de enclave.
La Guerra Civil para la comarca fue especialmente dura, ya que se hallaba en la zona del gobierno de la II Republica, próxima al frente de Teruel. El municipio que más sufrió fue Torrebaja, objeto de diversos bombardeos por las tropas nacionales.
Desde entonces, hay que reseñar el crecimiento de la despoblación en los cincuenta, por la crisis de la economía agraria y la estabilización en la década de los ochenta, llegando en la actualidad a contar con unos 3.000 habitantes, aunque el número efectivos se sitúa aún por debajo de estas cifras, ya que algunos habitan fuera de la comarca durante buena parte del año. En las últimas décadas se ha multiplicado la llegada de gentes oriundas del Rincón, se trata básicamente de veraneantes o personas jubiladas que pasan gran parte del año en la comarca.