Patrimonio natural Casas Altas

Casas Altas: un viaje por la naturaleza

Casas Altas es un tesoro natural reconocido a nivel mundial que forma parte de la Reserva de la Biosfera del Alto Turia. Declarada por la UNESCO en el año 2019  esta distinción reconoce la extraordinaria riqueza natural y su gran biodiversidad. Sus paisajes modelados por el río Turia, sus pinares, barrancos y cielos limpios hacen de este pueblecito un paraíso para los amantes de la naturaleza, donde el tiempo se mide a ritmo del viento.

Si buscas un destino donde desconectar y reconectar con lo esencial, Casas Altas te ofrece joyas naturales que no te puedes perder.  El Paraje Natural Municipal Fuente Bellido es un espacio protegido de más de 1.000 hectáreas, declarado por la Generalitat Valenciana por su excepcional valor ecológico y patrimonial.

 

A solo unos minutos, se alza La Muela de Casas Altas, una imponente formación montañosa de 880 metros de altitud, ideal para los amantes de las vistas panorámicas y el trekking. Una ruta recientemente rehabilitada te lleva hasta la cima en apenas 40 minutos, atravesando antiguos olivares y almendrales que hoy se transforman en un mosaico de vegetación mediterránea con romero, tomillo, espliego y zarzas con moras silvestres. Desde la cumbre, el paisaje es impresionante: la fértil ribera del Turia, las laderas escarpadas de Javalambre y Tortajada, y en el horizonte, las montañas de Cuenca y Teruel. Además, no es raro cruzarse con ciervos, corzos o incluso cabras montesas, que habitan libremente en este entorno cada vez más rico y salvaje.

Paraje natural Fuente Bellido

En el corazón del Rincón de Ademuz, entre la brisa del río Turia y las primeras estribaciones de la Sierra de Javalambre, se encuentra uno de los tesoros naturales más queridos de la comarca: el Paraje Natural Municipal Fuente Bellido, un espacio protegido que combina la riqueza paisajística, la biodiversidad y la huella del pasado rural de Casas Altas.

Un entorno que nace del agua

El paraje toma su nombre de Fuente Bellido, un manantial de aguas cristalinas que brota en plena naturaleza, rodeado de flora aromática y barrancos de gran belleza. La calidad y frescura de sus aguas han sido siempre símbolo de vida y tranquilidad para vecinos y visitantes.

Este rincón de serenidad, declarado espacio protegido el 13 de julio de 2007 por el Consell de la Generalitat Valenciana, abarca más de 1.000 hectáreas y se caracteriza por su especial localización entre montañas, barrancos y vegas. Es ideal para quienes buscan desconectar del ritmo urbano, respirar aire puro y reconectar con la naturaleza.

Naturaleza en estado puro

El paisaje está dominado por pinares de pino carrasco, antiguos bancales con almendros y olivos, y bosquetes de carrascas, sabinas y enebros. Entre las especies más singulares destaca la orquídea piramidal, joya de los pastizales del entorno.

La fauna no se queda atrás: es fácil observar ciervos, corzos, ginetas o búhos reales, además de una gran variedad de aves rapaces y pequeños anfibios que habitan en las zonas más húmedas del bosque.

Patrimonio rural y senderos con historia

Además de su riqueza natural, Fuente Bellido conserva elementos únicos de la arquitectura tradicional como las barracas de piedra en seco con falsa cúpula y los muros de las terrazas agrícolas, vestigios del modo de vida rural que dan al paisaje un carácter profundamente humano.

El paraje cuenta con senderos señalizados como el camino de la Umbría, el camino de los Hornos o el camino del Gazapo, perfectos para recorrer a pie o en bicicleta. A lo largo del recorrido, paneles cerámicos y postes ilustrados explican la flora, fauna y geografía del entorno, convirtiendo la visita en una experiencia educativa y sensorial.

Zona recreativa y mirador

La zona central del paraje alberga un merendero equipado con mesas, cenadores cubiertos, árboles de sombra, aparcamiento y un mirador con vistas a la vega del Turia y los pueblos de Casas Altas, Ademuz y Casas Bajas. Un mosaico cerámico pintado por el artista X. Claur de Alzira describe el paisaje circundante, ayudando al visitante a comprender la riqueza natural y cultural del territorio.

Acceso y recomendaciones

Para llegar a Fuente Bellido desde Casas Altas, se puede seguir el camino de los Hinarejos, enlazando con los caminos de las Returillas y del Gazapo. Aunque no hay carreteras principales que lo atraviesen, una pista rural conecta Ademuz con Sesga bordeando el límite del paraje.

Es recomendable llevar calzado cómodo, agua y respetar las indicaciones para conservar este entorno natural. Fuente Bellido es un lugar perfecto para practicar senderismo, realizar un picnic en familia o simplemente dejarse llevar por el sonido del agua y los aromas del monte.

Rutas senderistas:

La Muela de Casas Altas

Dominando con majestuosidad el horizonte de Casas Altas, La Muela se alza como un auténtico mirador natural, desde cuya cima se despliega una de las vistas más espectaculares del valle del Turia. Con sus 880 metros de altitud, esta formación montañosa es mucho más que un referente visual: es un destino ideal para los amantes del senderismo, la naturaleza y la fotografía.

Una ruta corta, sencilla y muy gratificante

Gracias a la reciente rehabilitación de su antigua senda por parte del Ayuntamiento de Casas Altas, el ascenso a La Muela se ha convertido en una agradable excursión familiar de unos 40 minutos, que comienza junto al puente del río Turia y recorre el Barranco de La Fresnera en una suave subida.

La ruta nos transporta al pasado, atravesando antiguos campos de almendros y olivos, hoy colonizados por una vegetación exuberante y diversa. El recorrido está marcado por un mosaico vegetal que refleja la lenta pero constante recuperación natural tras el abandono agrícola: aliagas, romero, espliego y tomillo dan paso a matorrales densos y, más adelante, a sabinas, enebros y pinares que anuncian el regreso de un bosque maduro.

Paisaje cambiante y riqueza ecológica

El sendero serpentea a través de un denso bosque de pino carrasco, alcanzando tras 10 minutos el mirador de La Fresnera, desde donde ya se vislumbra la imponente masa caliza de La Muela, erguida como un centinela sobre el río. En esta zona húmeda, alimentada por el barranco, crecen chopos, álamos, fresnos, olmos y zarzas con sabrosas moras silvestres.

La siguiente parte del recorrido asciende con mayor pendiente, revelando vistas abiertas sobre el valle del Turia y sus contrastes: vegas fértiles, pinares, barrancos, y formaciones como Javalambre, Tortajada, El Cabezo o El Talayón. Incluso se puede divisar en días claros la Sierra de Mira y las montañas de Cuenca y Teruel.

En la cima: naturaleza sin límites

Una vez en la meseta de La Muela, el paisaje se abre por completo. A tan solo 100 metros desde la bifurcación final, se alcanza el punto más alto, desde donde se aprecia la enorme diversidad ecológica y geológica del Rincón de Ademuz: estepas, montañas, cárcavas erosionadas, bosques de frondosas y crestas montañosas que se pierden en el horizonte.

Además de los valores paisajísticos, la ruta ofrece una oportunidad única para observar fauna salvaje. En el entorno es frecuente el avistamiento de ciervos, corzos, jabalíes e incluso cabras montesas, que habitan este espacio en equilibrio con el crecimiento constante de la vegetación autóctona.

Opciones para aventureros

Desde la cima, los más intrépidos pueden continuar hacia el poblado íbero de La Celadilla (Ademuz) o completar una ruta circular pasando por el merendero de Los Arenales y regresando a Casas Altas por la ribera del río Turia.

Rutas senderistas:

El Chopo de Negrón y la Fuente del Canalón

El álamo blanco (Populus alba) de la Fuente del Canalón, en la aldea de Negrón (Vallanca), con sus 250 años de edad y catalogado como árbol monumental de la Comunidad Valenciana, es el guarda de esta fértil vega, que alcanzado hace unas décadas por un rayo se quedó hueco, manteniendo un portentoso tronco de varios metros de circunferencia y formando una peculiar capilla natural.

Próximo a la caudalosa fuente que vierte sus aguas a 2 caños sobre una pileta corrida a modo de abrevadero, podemos encontrar un antiguo lavadero ejemplo de la arquitectura popular en estas tierras.

Forma parte de la ZEPA Hontanar-La Ferriza (zona de especial protección para las aves), destinada principalmente a la protección de aves esteparias. Alberga la mayor población nidificante de alondra ricotí o de Dupont (Chersophilus duponti) de la Comunitat Valenciana, que prefiere moverse a pie que volar, y antes que huir volando busca ocultarse entre la vegetación esteparia. Nidifican también importantes poblaciones de aves rapaces como culebrera europea, aguililla calzada, halcón peregrino y búho real entre otras, resultando un lugar excepcional para el avistamiento de aves.

Forma parte de la ZEPA Hontanar-La Ferriza (zona de especial protección para las aves), destinada principalmente a la protección de aves esteparias. Alberga la mayor población nidificante de alondra ricotí o de Dupont (Chersophilus duponti) de la Comunitat Valenciana, que prefiere moverse a pie que volar, y antes que huir volando busca ocultarse entre la vegetación esteparia. Nidifican también importantes poblaciones de aves rapaces como culebrera europea, aguililla calzada, halcón peregrino y búho real entre otras, resultando un lugar excepcional para el avistamiento de aves.

Travesias, rutas y experiencias:

Árboles monumentales

En pleno corazón de Vallanca, la Ruta de los Árboles Monumentales ofrece una experiencia única para los amantes de la naturaleza, el senderismo y el paisaje rural auténtico. Este recorrido interpretativo transcurre por el espectacular paraje natural de la Umbría de la Huerta del río Bohigues y por el frondoso monte El Plano, donde los visitantes pueden descubrir la riqueza ecológica y cultural del entorno.

A lo largo del camino, el senderista se verá rodeado por imponentes árboles centenarios que sorprenden por su altura, grosor y elegancia. Pinos negrales, sabinas albares y nogales monumentales se alzan majestuosos como auténticas esculturas vivas, testigos del paso del tiempo y guardianes del paisaje de Vallanca.

Además de la exuberancia vegetal, la ruta nos conduce por enclaves con encanto como las huertas tradicionales, moldeadas por generaciones de agricultores, el valle del río Bohigues, con su discurrir tranquilo y fértil, y puntos singulares como La Puente, la Fuente Podrida (con su curiosa historia) y el merendero de la Fuente La Teja, ideal para hacer un alto en el camino y disfrutar del entorno.

Esta ruta no solo invita a caminar, sino a conectar con el entorno natural, respirar aire puro y contemplar la biodiversidad local. El recorrido es accesible, ideal para familias, grupos escolares o cualquier persona con ganas de reconectar con el paisaje y la tranquilidad.

Rutas senderistas:

Formaciones geológicas

Uno de los elementos más singulares es la Cueva del Hocino, situada justo bajo el mirador del Castillo, un enclave cargado de misterio que forma parte del alma histórica del municipio. A poca distancia, la Cueva de los Moros, accesible tras pasar la Fuente de El Romero, requiere adentrarse reptando unos metros hasta un pequeño habitáculo, lo que convierte la visita en una auténtica experiencia espeleológica. 

El entorno natural se complementa con formaciones geológicas de gran interés como La Piedra Tosca, una roca caliza porosa utilizada tradicionalmente en la arquitectura local, y la Piedra Esbarosa. Mención especial merece el paraje de la Rambla de la Boquilla, un enclave fluvial estacional que acoge una gran diversidad ecológica y permite disfrutar del paisaje en su estado más puro. 

Rutas culturales y senderistas: